sábado, 5 de julio de 2008

jueves, 22 de mayo de 2008

SMATA

Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor
27 de Abril 663
Miguel Barrera, Secretario de Prensa.

-¿Qué formas tienen de comunicarse con los afiliados?
-Nos comunicamos a través de asambleas en los distintos establecimientos, de comunicados que se pegan en transparentes destinados a la actividad sindical y a través de una revista que difundimos periódicamente. Cada tres o cuatro meses sacamos una revista dando a conocer todas las actividades del sindicato y estamos próximos a colgar una página Web.

-Con respecto a la revista, ¿sale cuando surge un tema específico o tiene un tiempo establecido?
-No, normalmente lo hacemos de acuerdo al nivel de informaciones que tenemos. En este momento, estamos elaborando la primera revista de este año, con una reseña de todo lo que hemos hecho en estos meses más lo referido al último acuerdo salarial que estamos terminando de firmar con algunas empresas. Actividades gremiales, informaciones generales, información propiamente sindical, obra social y turismo. También sobre la escuela de verano que funciona todos los años y las inauguraciones. Hemos inaugurado un polideportivo, un camping cerca de La Falda; tenemos un plan de vivienda, tenemos camping en Embalse, Villa Allende y Casa Grande. Los abrimos a toda la comunidad junto con todo lo que es capacitación, tenemos una Secretaría de Cultura y Capacitación que está funcionando muy bien, tenemos un secundario a distancia, tecnicaturas. Mucha gente terminó el secundario para adultos acá en el sindicato y han seguido haciendo una tecnicatura de “Técnicos Superiores en Gestión Industrial”.

-¿Cada área tiene una sección en la revista?
-Sacamos todo lo que tenemos, todo lo que atañe a la vida institucional de la organización, reclamos que se hacen desde las comisiones internas. Cuando tenemos algún problemita en alguna empresa los delegados son el nexo entre el trabajador y la empresa y entre el trabajador y el sindicato. Si hay más de tres delegados se arma un cuerpo colegiado que es una comisión interna de reclamos que eleva todas las notas y los reclamos internos de la planta.

-¿Hay alguna forma de recepción de las necesidades de los afiliados o lo que buscan en la revista?
-Si, nosotros estamos yendo permanentemente a los lugares de trabajo. Periódicamente visitamos las plantas, entramos a los lugares de trabajo. Aquí, cada directivo tiene asignado una cierta cantidad de trabajo. Yo soy Secretario de Prensa, pero la actividad principal nuestra es la sindical. Yo como Secretario de Prensa tengo asignadas tres empresas, voy a la fábrica y soy el responsable de informar en esas empresas todo lo que tenga que ver con el sindicato.

-¿Quiénes son los que trabajan en la revista?
-Yo recaudo toda la información de todas las áreas y trabajo con un grupo personas, con las que elaboramos la revista; se la corrige y también hay diseñadores. En esta que está por salir yo le paso toda la información a un grupo externo al sindicato y después ellos diseñan y arman toda la revista. Yo la reviso porque tratamos que la revista sea entendible para la gente, que el lenguaje que utilizamos en la fábrica sea el mismo en la revista para que llegue bien el mensaje al trabajador. Nosotros la hacemos con la misma forma de hablar que usamos en las asambleas.

-¿Cuál es el público principal al que está destinado?
-Todos los afiliados y también repartimos revistas a otras organizaciones sindicales, llevamos a los distintos bloques de la Legislatura; difundimos un poco hacia fuera lo que es la organización. Para nosotros las organizaciones sindicales fueron creadas para cumplir una función social más allá de todo el trabajo meramente sindical; por eso hacemos mucho trabajo también hacia fuera, tenemos los cursos de capacitación que están abiertos a la comunidad, mucha gente a tenido una inserción laboral gracias a esos cursos. Lo hacemos porque primero va destinado a nuestros afiliados porque tendemos a calificar la mano de obra; permanentemente la tecnología va avanzando y tenemos que ir preparándonos. Decidimos tener un secundario a distancia para adultos porque muchos compañeros no terminaron el secundario y creemos que es una posibilidad de jerarquizar al trabajador, que puedan seguir haciendo una carrera terciaria o que dentro de la empresa pueden calificar mejor, subir de categoría, mejorar su sueldo, sus expectativas. Es una materia pendiente de muchas personas. Hay un compañero que nos comentaba que se sienta a estudiar con los hijos y está orgulloso porque ahora a fin de año ya se recibe.

-¿También está pensada para ser leída por los ejecutivos de la empresa?
-No tenemos problema que sepan lo que decimos. Normalmente, entregamos la revista en la mano a los trabajadores en la entrada a la fábrica, a los talleres; pero en las empresas también dejamos revistas para que vean qué es lo que estamos diciendo, no tenemos nada que ocultar, tratamos de ser lo más claro posible, todo lo que hacemos es en beneficio de los trabajadores.

-Entonces, ¿La forma en que se distribuye es personalizada?
-La hacemos personalizada. Otra vez la habíamos hecho por distribución por correo pero teníamos muchos inconvenientes, a veces no llegaban o nuestros afiliados cambiaron de domicilio y no lo actualizaron. Es un gasto importante el que se hace al realizar la revista, hoy estamos haciendo 9.000 revistas para nuestros afiliados, mandarle por correo sale más caro que la revista misma.
Los que entregamos las revistas somos todos directivos del sindicato. En la comisión directiva del SMATA somos aproximadamente 20 personas que estamos acá, más los delegados de cada establecimiento. Muchas veces hay empresas chicas en las que los mismos delegados son los que las reparten.

-¿Dónde se entregan?
-Fábricas autopartistas, terminales automotrices, concesionarias que venden vehículos, talleres de reparación; en todos los lugares donde hay un afiliado nuestro le llega una revista.

-Y ocasionalmente ¿en algunas instituciones gubernamentales?
-También las hacemos llegar, la mayoría de las veces le llevamos a cada bloque de Concejales, Legisladores, a Casa de Gobierno. Tenemos muy buena relación con el gobierno de la provincia, con el gobernador actual y con el anterior. Si bien la mayoría estamos identificados con un color político somos directivos de todos los afiliados de SMATA y hay una diversidad de opiniones políticas, con todos tenemos que tener relación porque cumplimos una función social. Muchas veces con el gobierno hemos tenido que hacer cosas y hemos encontrado buena recepción, porque este sindicato hace muchos años que dejó de ser de aquellos sindicatos que iban y peleaban; nada más que pelear sin tener propuestas. Nosotros vamos a discutir con propuestas propias. SMATA a nivel nacional se junta, hace congresos y cuando tenemos que pedir una recomposición salarial hay una reunión de comisiones internas de fábricas terminales de autopartistas que se reúnen y de allí se decide en conjunto con las comisiones directivas de todo el país; se decide cuánto se pide y por qué se pide, hay análisis, estudios contables que trabajan para el sindicato. El trabajo que pretendemos llevar es un trabajo serio. Tenemos que trabajar con responsabilidad, no pedir por pedir y no llevar nada. Tratamos de negociar siempre porque si pretendemos recomponer los salarios no les podemos hacer perder días de trabajo a nuestros compañeros, porque la recuperación que tiene ya le perdió en los paros. Tratamos que el trabajador tenga un mejor salario, lo hemos recuperado mucho desde el 2002 en adelante. En la crisis del 2001 – 2002 perdimos muchísima gente. Hoy, la industria automotriz creció mucho, están ganando mucha plata, todas están trabajando muy bien, se recuperaron muchísimos puestos. En plena crisis quedamos 2000 o 3000 afiliados nada más, hoy estamos cerca de los 10.000 el crecimiento de la industria fue muy alto.

-¿Quiénes son los afiliados?
-Para afiliarse tienen que hacer un trámite, llenar una ficha, para que nosotros llevemos un registro, un padrón, y sepamos cuántos tenemos y a quiénes tenemos, por los servicios que prestamos para ellos. Hoy estamos superando los 10.000 trabajadores efectivamente afiliados.

-¿La revista va destinada a todos los trabajadores o a los afiliados únicamente?
-Por ahí no podemos distinguir porque no sabemos. Cuando nos paramos en la puerta de la empresa no sabemos de todos los trabajadores quiénes están afiliados. Tenemos afiliados en Jesús María, en San Francisco, en Río Cuarto, Alta Gracia.

-¿Hay una recepción de las necesidades de los trabajadores?
-Normalmente damos respuesta a muchas inquietudes de la gente. Si alguien nos sugiere algo y vemos que es posible que salga, que es una sugerencia válida, la ponemos en práctica. Quizás no todo sale en la revista como sale en un transparente de la fábrica, donde hacemos un volante y lo colocamos en todos los transparentes de todas las empresas y así todo el mundo lo conoce.

-La comunicación con los afiliados cuando ellos sugieren algo ¿a través de qué vía es?
-Normalmente, tratamos de personalizarlo, intentamos que el afiliado venga al sindicato, vea cómo se trabaja, cómo funciona, porque mucha gente cree que venir al sindicato es venir a meterse en problemas y no es así. Quedó una idea de lo que fue en otros años, de lo que distorsionaron en aquellos años porque ellos hacían exactamente lo mismo que lo que hacemos nosotros; pero quizás los métodos eran distintos, quizás alguna otra gente había. Yo tengo 36 años de trabajo, tengo 36 años de actividad sindical y yo siempre vine. Ingresé a la fábrica con 21 años de edad y a los tres meses me afilié al sindicato, siempre estuve trabajando, siendo activista, he sido delegado de una fábrica durante muchos años. Desde el año ’96 soy directivo aquí en el sindicato y nos eligen en elecciones, presentamos listas y ellos nos votan.

­-Considerando la participación que tuvo SMATA en otros períodos de la historia, ¿hoy cuál es el principal objetivo del sindicato?
-En aquellos años -la pelea de los años ’70, el Cordobazo- era contra un régimen, había una dictadura en el país. No era una pelea contra las empresas, era más una pelea contra el régimen dictatorial, nunca trabajamos para destruir a una empresa. Vamos a discutir, si tenemos que tomar medidas de acción directa, si tenemos que parar paramos. Actualmente, es la discusión sobre el mejor bienestar del trabajador. Pretendemos que nuestros trabajadores cobren un salario digno, un sueldo acorde a las necesidades que tenemos y que las empresas paguen por lo que ganan y por lo que el trabajador le ofrece. El trabajador pone a disposición de la empresa toda su fuerza laboral durante todos los días de la semana. Pretendemos que todas esas horas que el trabajador está sirviendo a la empresa sea bien remunerado. Nunca trabajamos para que una empresa se vaya, prestamos servicios, colaboramos para el funcionamiento de esa empresa. La empresa tiene que ganar más dinero para que nosotros tengamos mejor salario. Tanto es así, que estamos haciendo acuerdos con algunas empresas, viendo la posibilidad para que la inversión venga, para que haya nuevos ingresos, para que haya más trabajadores. Pensamos en dar una categoría inicial, que cuando éstos ingresen lo hagan con un salario un poquito inferior por un tiempo determinado (8 meses o 1 año), mientras está aprendiendo el trabajo puede ganar un 10-15% menos que lo que gana un trabajador que ya está afianzado en el trabajo. Queremos que las empresas sigan generando trabajo, tenemos muchísima gente que viene con sus curriculum todos los días.
Cumplimos con la función social de ayudar porque hay mucha gente que hace los cursos aquí y va a trabajar con empresas que no están con nosotros o no son afiliados nuestros. Pero lo que importa es que haya gente que esté capacitada para trabajar y que tenga trabajo. Hay muchísima gente que todavía está sin trabajo, pero felizmente han aparecido también empresas que están haciendo inversiones dentro del país. Cuidamos esa parte, de que cuando las empresas van a hacer inversiones, cuidar lo que hacemos para no espantarlas. El país necesita inversiones, que vengan empresas a emplear mano de obra, tenemos la responsabilidad de no hacer cosas que ahuyenten, es también una obligación del sindicato.

-¿Las elecciones son anuales?
-No, son cada cuatro años. Nosotros hemos tenido elecciones hace poco tiempo, se adelantaron un poco por el tema de las discusiones salariales. El 14 de diciembre tuvimos elecciones, pero asumimos la nueva conducción el 1º de julio. Se eligen los cuadros de conducción: un Secretario General, Secretario General Adjunto, Secretario de Acción Social, de Prensa, de todas las áreas; y hay vocales que están también en las fábricas. Además hay delegados congresales que se reúnen una vez al año en todo el país y ese es el órgano jerárquico más grande que tiene el sindicato, serían los representantes de SMATA de cada seccional y de acuerdo a la cantidad de afiliados que tiene cada seccional es la cantidad de congresales. Nosotros tenemos como 12 congresales titulares y 12 suplentes. Todo lo eligen los afiliados con el voto. Los delegados se eligen cada dos años en las empresas.

-Entonces, el objetivo principal de la revista ¿cuál sería?
-Informar sobre todas las actividades del sindicato en general, social, sindical, cultural.

-¿Y el de las otras formas de comunicación?
-Las asambleas con los trabajadores; el trato diario que hacemos con las visitas a las fábricas, talleres y concesionarias de autos; la entrega de carnets de la obra social también la hacemos personalmente; todo esto para mantener un contacto con los afiliados y a través de eso nos enteramos de las críticas o sugerencias que nos puedan hacer y muchas veces de los problemas personales que los trabajadores nos confían.

sábado, 17 de mayo de 2008

Teoría Sindical

Chicas encontré este archivo en .pdf buscando algo sobre teoría sindical. Habla sobre algunas perspectivas económicas de autores que capaz nos sirvan para armar la pregunta de las relaciones sociales que intervienen . Ivi

Link : Teoría

lunes, 12 de mayo de 2008

Etapa 6 (Viky)

Contexto social, político, económico y sindical
de 1976 - 1983
En el año 1975 el gobierno de Isabel Perón se mostraba incapaz de solucionar los intensos conflictos sociales, la pérdida de credibilidad del Estado y la crisis económica. Estos acontecimientos motivaron la toma del poder por las Fuerzas Armadas, el 24 de marzo de 1976, desplazando al partido mayoritario de ese momento, el Justicialismo. De este modo, la Junta de Comandantes en Jefe proclamó el comienzo del Proceso de Reorganización Nacional, designando al teniente general Jorge R. Videla como presidente. Esto fue posible ya que la mayoría de los argentinos no ofrecieron resistencia a la abolición de la democracia, los partidos políticos no buscaron una salida institucional a la crisis y la dirigencia sindical no podía movilizar a la clase obrera en defensa de Isabelita. Para encarar la reorganización del país el nuevo gobierno fijó como meta principal derrotar a la subversión.
Las Fuerzas Armadas tienen un rol protagónico en la reestructuración del Estado y la sociedad, buscando configurar un nuevo sistema de dominación autoritaria. Esto es lo que lo diferencia de las intervenciones de años anteriores que sólo buscaban poner orden a las cuestiones públicas. En lo inmediato, por un lado, se pretendía poner en marcha un plan de reforma económica, por lo que el ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz anunció la función subsidiaria del Estado y la apertura de la economía. Por otro lado, se organizó un plan altamente represivo para eliminar las organizaciones guerrilleras y modificar el comportamiento de de los actores políticos y gremiales. En este sentido, el régimen militar pretendía fundar una nueva etapa en la vida argentina a través de afianzar otra hegemonía en la sociedad. Para ello era necesario modificar la estructura de los partidos políticos mayoritarios, el populismo no debía continuar gobernando, y reforzar el liderazgo de los sectores más concentrados de la economía, en especial el financiero.

Gobierno de Videla (1976 -1981)
Rafael Videla fue el primer presidente del Proceso de Reorganización Nacional y permaneció en el cargo por cinco años; fue el presidente militar que más tiempo duró en el último régimen. Lo que pretendían los militares era la prolongación en el tiempo por eso no hablaban de “tiempo” sino de “objetivos”. El presidente apoyó incondicionalmente al plan económico de Martínez de Hoz, el cual fue el único plan económico-político que las Fuerzas Armadas impulsaron con coherencia y continuidad.
Videla postuló cuatro condiciones para restablecer la democracia: la conclusión de la lucha antisubversiva; la consolidación de un orden económico adecuado; la renovación de los partidos para que pudieran retomar su papel rector; y contar con fuerzas sindicales disciplinadas, sin identificación partidaria, circunscriptas a su actividad gremial.

Aspecto económico
En los primeros cuatro años del régimen hubo un cambio radical en el funcionamiento de la economía que se basó en dos ejes: la apertura económica y la reforma financiera de junio de 1977. A partir de esta reforma instauraron un mercado libre de capitales, en el que la liberalización de las tasas de interés era un elemento clave. Es así como con un mercado financiero liberado de los controles del Banco Central se puso fin a un sistema con más de tres décadas de vigencia y se convirtió en un fuerte atractivo para operadores internacionales.
Nuevos grupos de poder se beneficiaron de un proceso de acumulación centrado en un mercado financiero que operaba sin restricciones y abierto al exterior. La apertura de la economía, la paridad cambiaria y la política arancelaria produjeron un daño irreparable en la industria nacional y en otros sectores productivos. Estas condiciones generaron una caída en el poder adquisitivo salarial, el aumento de la especulación financiera y la caída global de la demanda, que comprimió al mercado interno. Las consecuencias más visibles fueron el quiebre de fábricas, la irrupción de artículos importados y la invasión de nuevos bancos y organismos financieros. Con esta política de reestructuración de la economía se vieron afectados tanto obreros, industriales como propietarios rurales.
En diciembre de 1978 el Ministerio de Economía anunció un cronograma de devaluación gradual del tipo de cambio que regiría por un año, convirtiéndolo en el instrumento principal de ajuste del sistema. Surgía así la época de la “tablita cambiaria”, la cual era una estrategia para controlar el movimiento de la economía mediante el manejo del tipo de cambio. Por consiguiente, desalentó las exportaciones y promovió las importaciones. Este modelo presuponía el riesgo de la inestabilidad que junto con la crisis financiera de 1980 evidenciaron la vulnerabilidad del nuevo sistema.
A partir de 1978 la deuda externa se expandió y en poco más de un año se triplicó. El creciente endeudamiento no se debió a lo que requería el desarrollo del país, sino a la especulación financiera provocada por la instrumentalización del tipo de cambio y al aumento de los créditos externos.
El plan de Martínez de Hoz concentró las primeras críticas a este gobierno y unificó los reproches de diferentes sectores de la vida nacional, que aumentaban con el paso del tiempo. La recuperación económica de la Argentina comienza a convertirse en un elemento clave para el futuro de la dictadura.

Aspecto político
La idea de formar un partido oficial estuvo presente en los distintos tramos del régimen militar, con Videla, Viola y Galtieri. Consistiría en el surgimiento de un nuevo partido, con apoyo popular, capaz de ganar en las en elecciones cuando se restableciera la democracia. Para esto formularon “bases políticas” que regían la toma de decisiones en las áreas correspondientes a la conducción estratégica nacional, la seguridad nacional y la defensa de la Constitución Nacional. Al ser tan universales e imprecisas, estas áreas comprendían todos los aspectos de la vida colectiva. De este modo, la iniciativa del diálogo oficial no implicaba una apertura política, por lo contrario, el objetivo central era fundar la descendencia del régimen para permitir la continuidad del nuevo orden político en gestación. En el plano del discurso, la convocatoria pretendía ser amplia para dar lugar a todos los sectores aunque en los hechos excluía a los partidos políticos, a los que consideraban “subversivos” y a los “corruptos”. Para esto, reiteradamente se anunció que el intercambio de opinión se mantendría con los hombres y no con las agrupaciones políticas; pero tampoco con todos los hombres sino con los que ellos consideraran idóneos, honestos y que compartieran los objetivos del Proceso, es decir, la filosofía política del gobierno militar.

Aspecto social
La dominación autoritaria puso en marcha un sistema represivo, nuca antes aplicado en la Argentina, basado en la intimidación, la tortura, la muerte y la desaparición de personas, que encerraba la violación organizada de los derechos humanos. Este gobierno organizó una estructura represiva oculta que controlaba centros clandestinos de detención y grupos operacionales secretos como medios de acción antisubversiva. Este sistema de detención-desaparición respondió al objetivo de someter al individuo al mayor aislamiento y soledad, con la intención de desconectarlo de la vida pública y la vida privada. Estos detenidos, privados de toda protección legal, estaban sometidos al dominio de sus captores (siendo torturados, forzados a aportar información, asesinados) sin que nadie tuviera noticias de su persona.
La trasgresión de los derechos humanos excedió la esfera individual de cada ciudadano para implicar también una agresión a la sociedad. Un silencio generalizado fue la respuesta que dieron, ante estas circunstancias, la dirigencia sindical tradicional, los líderes políticos de la oposición, los medios de comunicación, la cúpula de la Iglesia Católica, y la sociedad en casi su totalidad. El rol de oposición fue asumido fundamentalmente por los organismos de derechos humanos. La defensa de la vida y el respeto por la libertad proporcionaron el marco dentro del cual se desenvolvió la acción política y la afirmación de los derechos humanos acarreó la negación absoluta del autoritarismo. Las defensoras de estos derechos fueron las Madres de Plaza de Mayo que bajo la consigna “aparición con vida” crearon un espacio político.
En una segunda etapa de 1978 a 1981, la oposición política rompió su aislamiento a través de pronunciamientos y manifestaciones públicas para comenzar a disputar el campo de la política al Estado autoritario. Por un lado, se dejaron ver documentos multipartidarios que solicitaban al gobierno una respuesta para los familiares de desaparecidos. Por otro lado, evidenciaron un reconocimiento de la labor antisubversiva. Comenzó a dificultarse, desde el Estado, la contención de las crecientes disconformidades.
En un clima desfavorable, la Junta Militar recibió un nuevo golpe cuando se le otorgó el premio Nobel de la Paz a Adolfo Pérez Esquivel, lo que fue interpretado como un reconocimiento al movimiento de derechos humanos del que formaba parte. Desde entonces ese movimiento quedó legitimado frente a la sociedad, se constituyó como referente válido y creció su protagonismo.

Sindicatos
Los militares dirigieron su represión también hacia trabajadores y dirigentes sindicales, sobretodo quienes habían logrado desalojar del gobierno de Isabelita a sus funcionarios más cercanos. Muchos fueron desparecidos, asesinados y encarcelados.
A fines de 1976, se produjeron enfrentamientos entre el gobierno autoritario con este sector, cuando éstos realizaron huelgas por mejoras salariales. Las actividades políticas e institucionales fueron suspendidas por tiempo indeterminado, a través de la prohibición de la acción sindical y de la negociación colectiva. Además intervinieron los sindicatos y sus obras sociales.
En 1977 se configura el primer nucleamiento político sindical que fue la “Comisión de los 25”, cuyo nombre alude a la cantidad de gremios de diferentes corrientes internas que la integraron inicialmente; mantenían una posición opositora frente al gobierno militar.
En 1978 se conforma un segundo nucleamiento “Comisión Nacional de Trabajo” tendiente a negociar con el gobierno, buscar un diálogo.
En 1979, la Comisión de los 25 convocó la primera huelga general de 24 horas registrada durante la dictadura. Luego, los dirigentes de los dos nucleamientos buscaron confluir en la Conducción Única de Trabajadores, pero al poco tiempo terminó disolviéndose. Una consecuencia de esto fue la conformación de una nueva corriente la de “los 20”, disidente con la CNT
En este mismo año, se sanciona la ley de asociaciones gremiales para eliminar a las organizaciones sociales de tercer grado con objeto de disolver la CGT. Sin embargo, esta medida aceleró una tendencia de reunificación de los sindicatos en torno a la oposición, principalmente porque les dio un objetivo de lucha: reconstituir a la CGT, que sería reunificada en 1980.

En marzo de 1981 la idea de un proyecto estratégico había llegado a su fin y se cerraban las posibilidades fundacionales del régimen militar, lo que significaba el final de su misión original. El Estado autoritario quedaba inhabilitado para producir las reformas que tendieran a la construcción de otro sistema político, donde el poder militar afirmara una participación orgánica a nivel de las decisiones políticas.

Gobierno de Viola (1981)
El general Roberto Viola era el candidato presidencial aceptado unánimemente por las Fuerzas Armadas para ocupar la presidencia, que asume el 29 de marzo de 1981. Sin embargo, su gobierno adquirió un carácter polémico, cuestionado desde la propia institución militar que antes lo había apoyado.
Viola asumió sin la plenitud de los poderes y con una fuerte presión de los sectores duros de las Fuerzas Armadas que rechazaban cualquier posibilidad de apertura política. El general era acusado de encarar una política inclinada a un entendimiento con los partidos tradicionales. Su paso por el poder fue breve, sólo duró 8 meses.

Aspecto económico
Los cuatro grandes problemas de la economía argentina eran: la alta inflación, el atraso cambiario, la falta de rentabilidad empresarial y el mínimo crecimiento. Viola llevó a cabo un marcado distanciamiento del plan de Martínez de Hoz, hasta que recibió presiones nacionales e internacionales.

Aspecto social
Los escritores, artistas, intelectuales comenzaban a hacer oír sus reclamos a favor de la libertad de opinión. La sociedad de a poco empezaba a movilizarse en busca de un espacio democrático.

Aspecto político
Surge desde el radicalismo una propuesta de crear una agrupación Multipartidaria. La idea original era que estuvieran incluidos todos los partidos políticos, las entidades empresariales y los organismos sindicales; para formular un programa amplio de coincidencia civil que permitiese abrir un espacio de negociación con un sector de las Fuerzas Armadas. Su objetivo central era asentar las bases para una transición a la democracia. La iniciativa fue bien recibida y generó gran repercusión en el ámbito político. Sin embargo, la respuesta desde el gobierno fue en rechazo a una posible negociación.
La anunciación de una enfermedad en el presidente produjo un clima de incertidumbre, suposiciones y cálculos políticos, acentuando una crisis institucional que llevó a Viola a ceder interinamente el mando al ministro del Interior, el general Liendo.

Gobierno de Galtieri (1981 – 1982)
El 22 de diciembre de 1981 la Junta Militar designó al general Leopoldo Galtieri para estar a cargo del Poder Ejecutivo.

Aspecto económico
El gobierno reinstauró la ortodoxia económica liberal, volviendo las cosas a la situación anterior a la asunción del ex presidente Viola. De este modo, nombró ministro de Economía a Roberto Alemann para que impulsara un plan de ajuste estructural apoyado en severas políticas monetarias y fiscales. También se buscó un acercamiento con Estados Unidos, siguiendo recetas neoliberales.

Aspecto político
El nuevo presidente se propuso recuperar la autoridad de la figura presidencial y del gobierno militar. No se presentó como un gobierno que fuera a organizar la transición a la democracia sino que parecía aspirar a recomponer el proyecto autoritario resquebrajado y en crisis. Sin embargo, mantuvo un puente de conexión con los partidos políticos para evitar que el régimen cayera en un profundo aislamiento. Para lorar esto, presentó un estatuto que regiría el funcionamiento de los partidos políticos y un cronograma político.

Aspecto social
La guerra de Malvinas despertó el apoyo social en forma masiva y resultó el medio idóneo para legitimar la imagen del régimen. Ésta cambió favorablemente el escenario político aunque no por mucho tiempo. El desembarco argentino en las islas conmovió al país y unificó a todos los sectores detrás de la reivindicación histórica. Luego se sabría que la expedición fue lanzada sin ninguna preparación militar y con una idea errónea de las posibilidades de apoyo de Estados Unidos, ya que éste tomo partido por Inglaterra.
La rendición de las fuerzas argentinas el 4 de junio daba por terminado cualquier intento de otorgar legitimidad al régimen militar a través de la guerra y apresuró la descomposición del orden autoritario.

Con la crisis institucional más grande del régimen autoritario, el 15 de junio Galtieri fue despojado del poder. Cinco días transcurrieron entre la renuncia del general y la designación de Bignone.

Gobierno de Bignone (1982 – 1983)
La profunda crisis institucional acentuada con la derrota de Malvinas produjo que los militares debieran iniciar una retirada desordenada, sin poder negociar la transferencia del poder.

Aspecto político
Con unas Fuerzas Armadas desprestigiadas políticamente y con un alto nivel de enfrentamientos entre sí, los partidos políticos ganaron el centro del escenario nacional y se preparaban para unas elecciones libres y competitivas. Los militares exigían para el traspaso del poder, entre otras cosas, la no revisión de la lucha contra la subversión. De la negativa de la clase política a acordar sobre este tema nacería, unos meses más tarde la “ley de Autoamnistía”, proclamada por el propio gobierno militar.
En marzo de 1983 se definió el cronograma electoral, dejando un tiempo prudencial entre la fecha de las elecciones y la de la toma del poder, lo que fue interpretado como una fase de negociación con el candidato que resultara ganador. Este período fue conocido como “la negociación de los noventa días”, pero no se logró ya que el presidente electo, Raúl Alfonsín, no estuvo dispuesto a concertar.
El 6 de diciembre se presentó el acta de disolución de la Junta Militar y cesaría la vigencia del Estatuto y su reglamentación.

lunes, 5 de mayo de 2008

etapa 3.EXPANSION INDUSTRIAL Y PREDOMINIO DEL SINDICALISMO REFORMISTA (1920-1943)

1916-22 PRESIDENCIA DE YRIGOYEN
En 1916 Hipólito Yrigoyen asume la presidencia de la Nación y conformó un gabinete equilibrado. Con su llegada al poder se produjo un cambio en la forma de hacer política. El nuevo presidente era un líder popular que utilizaba novedosos métodos de conducción, a partir de la influencia ejercida sobre los nuevos grupos medios y los sectores populares urbanos, quienes hasta aquí habían estado en su mayoría al margen de la participación política.
Su estrategia para influir masivamente sobre estos grupos era la instrumentación de técnicas de patronazgo político, lo que desembocó en la creación de numerosos cargos burocráticos y profesionales. La entrega de puestos se usaba con el objetivo de vincular al gobierno con los comités de la UCR y sus respectivos caudillos e, indirectamente, estimular al electorado. Simultáneamente, se produjo una transformación de los partidos políticos, que se convirtieron en organizaciones de masas de carácter nacional.
La experiencia radical tuvo que enfrentar una oposición compuesta por un amplio espectro de fuerzas políticas (pero que no presentaban un frente unificado): desde el conservadurismo hasta el socialismo, que competía con el gobierno por la representación de los trabajadores e intuía, de la misma manera que el partido Demócrata Progresista, actitudes demagógicas en Irigoyen.
En cuanto a política internacional, el gobierno radical tuvo una postura de neutralidad benévola con respecto a la Primera Guerra Mundial.
El radicalismo y los trabajadores:
La política de Irigoyen debió enfrentar el desfavorable contexto de la guerra y la crisis de la primera posguerra, signado por la inflación, el deterioro del salario real, la desocupación y la consecuente ola de huelgas entre 1917 y 1919. Igualmente su actitud fue distinta a la de los gobiernos conservadores porque aspiraba a arribar a una cierta justicia distributiva e integrar políticamente a los trabajadores en el sistema. Esta concepción marcó un nuevo tipo de relación entre el Estado y la clase obrera.
Por su propia convicción y por la oposición parlamentaria a sancionar proyectos de ley sobre salario mínimo, duración de la jornada laboral y seguro de trabajo, el presidente apeló a su participación personal y al arbitraje para resolver huelgas y otro tipo de enfrentamientos gremiales, aunque los resultados sólo fueron positivos en algunas oportunidades. El gobierno tendió a laudar a favor de los obreros en varias ocasiones y en otras tuvo una actitud dual, reprimiendo a los huelguistas y concediendo a los reclamos.
Más drástica fue aún la actitud gubernamental ante la Semana trágica en 1919 o en los sucesos de la Patagonia en 1921 que finalizaron con una masacre perpetrada por el ejército contra los peones huelguistas. En estos dos casos el gobierno mostró una peligrosa tendencia a la vacilación política ante las presiones de las corporaciones empresariales, los grupos de extrema derecha y el ejército, que amparaban en su interior tendencias antidemocráticas.
Si bien recién comenzado el gobierno radical ya aparecían confrontaciones internas en el radicalismo, hacia 1922 Yrigoyen había logrado controlar la disidencia interna y un partido aparentemente unido llegaba a las elecciones presidenciales de ese año con Marcelo T. de Alvear como candidato.
1922-1928 PRESIDENCIA DE ALVEAR
Alvear ganó las elecciones y su presidencia se caracterizó por un período de paz social debido a la notable recuperación económica. Pero a nivel político su gobierno estuvo signado por el distanciamiento de Yrigoyen y por el fuerte conflicto entre personalistas y antipersonalistas.
Alvear gobernó de manera diferente, se disminuyeron las intervenciones provinciales por decreto y el gasto público se colocó bajo el control del parlamento. La lucha entre yrigoyenistas (personalistas) y alvearistas (antipersonalistas) se tornó encarnizada. Finalmente en 1924 se produjo una ruptura y el alvearismo constituyó la Unión Cívica Radical Antipersonalista.
El gobierno de Alvear igualmente estuvo atravesado por una imagen de buen gobierno, manejo ordenado de las finanzas, respeto por las libertades individuales y cierta preocupación social expresada en varias leyes aprobadas durante su mandato. En 1924 se aprobaron leyes sobre contrato de trabajo de los menores, la prohibición de trabajo nocturno en las panaderías y la fijación de la jubilación de los maestros primarios. Un año más tarde se sancionó una ley que regulaba la forma de pago del salario y en 1929 se estableció la jornada laboral de ocho horas.
1928-1930 SEGUNDA PRESIDENCIA DE YRIGOYEN
El gobierno fue débil y el partido se encontraba en un lucha de facciones por la sucesión de Yrigoyen. El gobierno volvió a apelar a las intervenciones estatales por decreto. En cuanto a la política laboral, no manifestó el dinamismo de la primera presidencia. A esto se sumaba que se empezaban a evidenciar los primeros efectos de la crisis desatada el año anterior: reducción del gasto público, inflación, atraso en el pago de sueldos, aumento del desempleo, lo que contribuyó a deteriorar la base de sustentación de Yrigoyen.
Otro factor de inestabilidad provenía del ejército. En 1927 el general Justo había manifestado su oposición al retorno de Yrigoyen al gobierno y cuando éste subió al poder el ejército comenzó a conspirar contra él y contra la democracia. La tendencia golpista era liderada por José F. Uriburu, un general de tendencia nacionalista y corporativista apoyado por un grupo de intelectuales que se manifestaban como defensores de la jerarquía y el orden.
Otra línea de apoyo al golpe estaba encabezada por militares liberales como Agustín P. Justo que recibían el apoyo de varios partidos (radicales antipersonalistas, socialistas independientes y conservadores). Este sector no impugnaba el sistema democrático sino el personalismo y populismo de Yrigoyen. El cruce de estas dos tendencias y la pérdida de consenso del gobierno legítimo permitieron que en 1930 los militares derrocaran a Yrigoyen.
Mundo del trabajo
En 1922 se inicia un proceso de aumento paulatino del salario real en un arco ascendente que se extendió hasta 1928 y que contribuyó a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores.
Esto se reflejó en los movimientos huelguísticos. La conflictividad fue elevada durante el período que se extendió desde 1917 hasta 1921, cuando ya se veía una lenta recuperación. Esos años hubo un alto número de huelgas y una pronunciada combatividad del movimiento obrero. Posteriormente se produjo un reflujo notable de las huelgas debido a la recuperación económica, la capacidad negociadora del gobierno y la menor combatividad de la dirigencia gremial. Los huelguistas se movilizaron en demanda de la reducción de la jornada laboral, aumento de salarios y mejores condiciones de trabajo.
El aumento del empleo hacia el fin de la guerra repercutió favorablemente en el nivel de sindicalización. Cuando comienza este proceso de conflictividad, el anarquismo ya no era la fuerza predominante del movimiento obrero y fracasó de manera completa en su llamado a la huelga general en 1918 ya que había perdido gran parte de su influencia entre los trabajadores.
La ideología predominante en el movimiento obrero era el sindicalismo, una tendencia mucho más moderada que el anarquismo, que incluso abandonaría en 1918 su adhesión a la huelga general como arma de lucha. El sindicalismo había consolidado su presencia desde el Congreso de la FORA de 1915 cuando desplazó al anarquismo del poder central. Al concentrarse en la lucha por las reivindicaciones inmediatas, fue dejando de lado, paulatinamente, los fines revolucionarios que postulaba su ideología original, desembocando en un reformismo que solo se diferenciaba del que practicaban los socialistas, por le hecho de que, en lugar de fundarse sobre una posición doctrinaria, emergía de consideraciones puramente pragmáticas. La ideología del "sindicalismo puro", menos definida y más flexible que la de las tendencias rivales, permitiría a sus dirigentes moverse con mayor holgadura en un medio saturado de discusiones doctrinarias y de actitudes sectarias, aspirando a encontrar formas mas prácticas y eficaces de organización y de lucha.
El crecimiento del FORA sindicalista fue notable durante el primer gobierno de Yrigoyen, con quien mantenía una fluida relación. Pero en 1921 comenzó un proceso de rápida decadencia en una década caracterizada por el descenso de las confrontaciones abiertas entre obreros y empresarios. En 1922, nace la Unión Sindical Argentina (U.S.A.), con predominio de los sindicalistas "puros" y con participación socialista y comunista. Por su parte, la F.O.R.A. anarquista prosiguió sus actividades, quedando como la única F.O.R.A. De la acción de varios sindicatos descontentos con la política llevada a cabo por las centrales sindicales existentes, surgió, en 1926, una nueva entidad: la Confederación Obrera Argentina (C.O.A.), producto de una nueva alianza entre el sector del sindicalismo "puro" y socialistas. La C.O.A. agrupaba a Sindicatos como la Unión Ferroviaria y la Federación de Empleados de Comercio y tenía un modelo de sindicalismo fuerte, verticalista y negociador.
Si bien las huelgas y los enfrentamientos no desaparecieron, en el transcurso de la presidencia de Alvear la conflictividad decayó de manera importante. Un hecho simbólico notable fue la instauración del primero de mayo como feriado nacional. Varios factores incidieron en la moderación del conflicto: el destacable período de crecimiento de la economía que repercutió favorablemente en la elevación de la calidad de vida, especialmente a partir de la generalización del descanso dominical y la orientación del tiempo libre hacia espectáculos populares. También era importante la sociabilidad barrial, reflejo de las transformaciones sociales urbanas producidas durante esos años. El desplazamiento del hábitat popular del centro a los barrios generó el desarrollo de otras formas asociativas de movilización no clasistas como las realizadas por sociedades vecinales o las bibliotecas populares, donde se cruzaban actividades de tipo fomentista, político o cultural que determinaron una reorientación de las manifestaciones más conflictiva existentes en la sociedad.
Otros factores que contribuyeron a aminorar el conflicto social se relacionan con la decadencia del clima revolucionario europeo, ahora involucrado en un proceso de derechización a partir del ascenso del fascismo; así como también el rol conciliador y poco proclive al enfrentamiento de la conducción sindicalista del movimiento obrero.
Al finalizar la década, el movimiento obrero organizado estaba profundamente atomizado: existían tres centrales obreras, La COA, la FORA y la Unión Sindical Argentina, y todas ellas eran débiles. Además, también se había conformado un nucleamiento del Partido Comunista ( el Comité de la Unidad Sindical Clasista) y una variada gama de gremios independientes no respondía a ninguna de las centrales.
Economía de los Años 20
En este perìodo ya no había posibilidad de desarrollarse dedicando la mayoría de los recursos al sector agropecuario. Peor la producción primaria siguió siendo la actividad clave de la economía argentina. Hubo una demora en la transformación a una economía más industrial lo que lleva implícita una crítica a la política económica de entonces (por qué el gobierno no protegió a las actividades que resultaban más promisorias.
Ausencia de políticas de industrialización
La Argentina era un país donde las posibilidades de inversión y crecimiento industrial eran muy amplias. Las preocupaciones de los que criticaban el statu quo se concentraban sobre todo en el efecto de una determinada estructura de producción sobre el comportamiento futuro de la economía.
Una política económica que impulsara la industrialización implicaba también un realineamiento internacional. Significaba depender menos de las importaciones y exportaciones a Inglaterra y con ellos se estimularía la inversión directa de capitales extranjeros(sobre todo norteamericanos) en los sectores industriales emergentes. Entonces abogar por el desarrollo de la industria era favorecer un acercamiento al más poderoso, a la nación líder EEUU.
1930-32. BREVE GOBIERNO DE URIBURU
El golpe que lo llevó al poder fue una conspiración cívico-militar que contó con la actitud pasiva de la población y la campaña activa de los diarios. A pesar de este amplio consenso, el gobierno era débil pues el presidente de facto representaba la tendencia minoritaria de la conspiración que lo había llevado al poder.
Tanto Uriburu como el sector nacionalista que lo apoyaba, eran antiyrogoyenistas y antidemocráticos. Pretendían instaurar una sociedad jerárquica e imponer un gobierno de tipo corporativo orientado desde el Estado. Para ello fue necesario derogar la ley Sáenz Peña e instituir un sistema de voto calificado. Su discurso ponía énfasis en el combate al comunismo, al liberalismo y a la colectividad judía. El gobierno de Uriburu dinamizó la Sección Especial de la policía que persiguió a los activistas anarquistas y comunistas y aplicó la vieja Ley de Residencia con militantes extranjeros.
A los pocos meses comenzó la reorganización de la oposición con el radicalismo a la cabeza dirigido por Alvear y los partidos políticos y los diarios pronto se manifestaron a favor de las instituciones democráticas y de la Constitución Nacional. Uriburur no encontraba rumbo para un gobierno que se quedaba sin apoyos y llamó a elecciones.
Los grupos conservadores se unieron en el Partido Demócrata Nacional y junto con el socialismo independiente y el radicalismo antipersonalista conformaron la Concordancia, coalición que controlaría la vida política del país hasta 1943 y que (fraude de por medio) ganó la elección con su candidato Agustín P. Justo.
1932-1938. PRESIDENCIA DE JUSTO
El contaba con el apoyo permanente del ejército, que se convirtió en un actor político central durante varias décadas. Justo armó su gabinete reflejando la coalición que lo llevó al poder. Sus apoyos eran la prensa, el ejército, los grandes exportadores y los partidos de la Concordancia.
Al margen del funcionamiento institucional el gobierno de Justo limitó la democracia restringiendo la actividad de izquierda con una ley de represión al comunismo y con la represión política a cargo de la Sección Especial de la Policía Federal. Pero su gran problema se vinculaba a la corrupción reinante en algunos estamentos del poder y esencialmente, al fraude aplicado sistemáticamente durante su gobierno. Su exponente más representativo fue el líder conservador de la pcia de Buenos Aires, Manuel Fresco, que utilizó su poder de la policía para imponer a sus candidatos, justificando esta acción ilegítima denominándola “fraude patriótico”.
A partir de 1935, con el retorno de los radicales a los comicios, el fraude se profundizó y comenzó a conformarse un fuerte clima de oposición. La movilización sindical de 1935 a 1937, especialmente la larga huelga de la construcción, contribuyó a incrementar ese clima de malestar social, entre otras cosas porque el Partido Comunista abandonaba la táctica de “lucha de clase contra clase” por la cual todos los grupos burgueses eran enemigos y, se adhirió a la idea de conformar un Frente Popular con las fuerzas antifascistas para reforzar y consolidar la democracia.
El bloque de diputados radicales, juntamente con el socialismo y los demócratas progresistas, comienza a llamarse Frente Popular y goza del apoyo extraparlamentario de lo comunistas, de la Federación Universitaria y la Confederación General del Trabajo. En 1935 se conformaba la Fuerza Orientadora Radical de la Joven Argentina que proclamaba por una nación libre y llamaba a luchar por la soberanía popular y nacional, inaugurando una acción que confluiría luego con el peronismo.
1938-40. PRESIDENCIA DE ORTIZ
Su presidencia fue una mera continuación de su antecesor. Su mandato estuvo signado por el estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939 en la que mantuvo la neutralidad argentina a pesar de su simpatía por Gran Bretaña.
Ortiz intentó limpiar la imagen de corrupción y de fraude. Se manifestó a favor de la restauración plena de la democracia con comicios libres y limpios. Pero su impulso democratizador finalizó pronto ya que una enfermedad lo obligó a renunciar y depositar el poder en su vice, Castillo.
1940-43. LA PRESIDENCIA DE CASTILLO
Castillo pronto reistaló las prácticas electorales fraudulentas y las intervenciones provinciales para facilitar el acceso de los candidatos conservadores al poder y trabar el avance de los radicales. Además, se profundizó la represión hacia los opositores, se instaló el estado de sitio que impedía la propaganda política de los partidos.
Su postura neutralista frente a la guerra, reforzada con la reactivación de la flota mercante nacional y la nacionalización del puerto de Rosario, le brindó el apoyo de los sectores nacionalistas sumado al de los conservadores. La división política e ideológica que atravesaba la sociedad argentina se profundizó y el arco de la oposición conformó un difuso e inorgánico frente popular anifascista formado por los partidos políticos (UCR, PDP, PS y PC ) y la Federación Universitaria.
Ante la muerte de Alvear en 1942 y la de Justo en 1943, castillo comenzó a maniobrar para poner a su sucesor como candidato del conservadurismo, Robustiano Patrón Costas. En una coyuntura de debilidad creciente del sistema político y signado por la pérdida de consenso ante la ciudadanía ante un sistema electoral fraudulento y la corrupción reinante, el ejército pudo truncar las elecciones con el golpe de Junio de 1943.
ECONOMIA
La crisis de 1929 afectó relativamente rápido a nuestro país, los primeros síntomas de la depresión ya se sentían en 1930. La admisitración radical entraba en cesación de pagos como consecuencia del desajuste entre recursos y gastos del Estado, descendía el comercio mundial y se producía un deterioro en los términos del intercambio como consecuencia de la caída de los precios de los productos agropecuarios exportables en relación con los productos importados.
Uno de los problemas radicaba en que en la etapa de depresión el movimiento internacional de capitales se redujo de manera drástica lo que desembocó en la quiebra del sistema multilateral y la adopción, por parte de las naciones industrializadas, de políticas dirigistas y proteccionistas con un rol fundamental por parte del Estado en el diseño de las nuevas estrategias. Esto significó el reemplazo del multilateralismo por el bilateralismo, el abandono del patrón oro, la devaluación de las monedas y los consecuentes controles cambiarios, el establecimiento de cuotas de importación y las múltiples trabas a las exportaciones de los países periféricos a Europa y Estados Unidos.
Esto repercutió desfavorablemente en la economía argentina al cesar la llegada de capitales y por la decisión gubernamental de seguir pagando el servicio de la deuda externa en un contexto de déficit estatal. Esto derivó en un profundo desequilibrio presupuestario que afectó gravemente a todos los sectores de la economía. La producción decayó, descendieron los precios de exportación, las importaciones bajaron y aumentó la desocupación.
Tanto en el gobierno de Yrigoyen como el de Uriburu y Justo, se tomaron medidas ortodoxas sin lograr grandes resultados para superar la depresión económica. Recién en 1933, con Federico Pinedo en economía, se adoptaron una serie de medidas que implicaban la participación directa del Estado en la resolución de la crisis. Se tomaban los lineaminetos económicos de John Maynard Keynes partidario de una economía dirigida en donde el Estado debía desarrollar un papel central en la regulación y la búsqueda de equilibrio entre la oferta y la demanda. En este esquema, la plena ocupación y la generación de empleo desde el Estado eran una tarea básica.
Se adoptaron dos tipos de medidas. Las financieras, con el objeto de estabilizar la moneda. Se estableció el control de cambios a partir de la regulación estatal de la compra y venta de divisas. Hacia fines de 1933 el gobierno determinó la creación de mercados cambiarios paralelos: en uno, el Estado asumía el control de las divisas derivadas de las exportaciones agropecuarias tradicionales; en otro, se generaba un mercado libre como consecuencia de las exportaciones no tradicionales y los préstamos bancarios. Como consecuencia de la devaluación mínima y la amplia diferencia de precios de compra y venta de divisas del mercado cambiario controlado por el Esatdo, los gobiernos de Justo y Ortiz reunieron entre 1934 y 1940 una importante masa de divisas. Capitales que fueron destinados a resolver los problemas derivados de la deuda externa y a mantener el sistema de precios de los productores rurales a través de distintas juntas reguladoras.
Con la finalidad de controlar las fluctuaciones monetarias en 1934 se creó el Banco Central de la República. Se produjo también un importante cambio en materia fiscal con el establecimiento en 1931 del impuesto a las ganancias. Con la creación de la Dirección General impositiva se perfeccionó en sistema fiscal y este tipo de ingresos reemplazó a los tradicionales derechos de aduana. A partir de allí la recaudación fiscal se convirtió en la principal fuente de ingresos del Estado. A principios de 1934 el Estado había saneado el presupuesto nacional.
Por otro lado, las medidas de regulación económica tendieron a controlar la producción y equilibrar la oferta y la demanda. Con ese fin se creó una serie de juntas reguladoras, dirigidas a controlar el flujo de exportaciones y el abastecimiento interno. En términos generales estas juntas tendieron a favorecer a los grandes productores vinculados con la exportación.
Una de las salidas al desempleo la brindaba la ocupación en obras públicas. La creación de la Dirección Nacional de Vialidad respondía en buena medida a esa necesidad.
El principal problema de la Argentina ante la crisis radicaba en la debilidad de la tradiconal estructura agroexportadora ante la tendencia proteccionista de los países desarrollados y la emergencia de relaciones comerciales de tipo bilateral. Nuestro país mantenía fuertes lazos comerciales con EEUU y Gran Bretaña, pero como consecuencia de las políticas de resolución de la crisis se privilegió la relación bilateral con la última, debido más que a una elección, a una necesidad.
En 1933 se firmó el pacto Roca-Runciman. A cambio de que se mantuviera el statu quo en el mercado inglés de la carne, la Argentina concedía las rebajas arancelarias requeridas por Inglaterra y garantizaba que, cualquiera fuera la forma que asumiera el control de cambios en la Argentina, era segura la prioridad inglesa para todas las libras obtenidas de la venta de productos argentinos en Gran Bretaña. Había, además, promesas mutuas de “trato benévolo” a los productos del otro país.
Este pacto se ganó la oposición de una buena parte de la opinión pública del país, sobre todo en los sectores más nacionalistas por considerarse una grosera alianza entre el capital inglés y los sectores agropecuarios.
Pero gremios como La Fraternidad y la Unión Tranviaria esperaban que las buenas relaciones con Inglaterra se tradujeran en un respaldo gubernamental a trenes y tranvías en su puja con el transporte automotor.
LA INDUSTRIA
Como consecuencia de la crisis de 1929 se produjo en Argentina un proceso de crecimiento de la industria. Las razones tienen que ver con el ensanchamiento del mercado de consumidores, la existencia de suficiente mano de obra, y por otro lado, con los efectos de la crisis que había cerrado la economía de tal manera que se tornó necesario encarar un proceso de sustitución de importaciones. La caída de las exportaciones argentinas disminuyó las divisas disponibles para importar, lo que se agravó por la devaluación del peso. Además, el gobierno comenzó a regular la importación mediante la elevación de tarifas aduaneras para adaptarla al consumo local. Como consecuencia se reemplazaron una importante cantidad de productos importados por manufacturas locales. Pero no hay que exagerar los alcances de este proceso industrializador ya que fue limitado en varios aspectos, por el escaso interés del Estado y por la falta de capitales nacionales interesados en invertir en la industria. Por otra parte, la industrialización se limitó centralmente al desarrollo de los textiles y las industrias alimenticias, y en menor medida, a productos químicos y metálicos. Por lo tanto, las formas que adquiría el proceso industrialista: coyuntural, sustitutivo, con incorporación importante de capital extranjero, estaba fijando, desde el inicio, los límites de su posterior desenvolvimiento.
El proceso de industrialización se concentró esencialmente en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, sólo el 13 % de la industria nacional se hallaba desplegada por el resto del país. A pesar de los desequilibrios regionales, la industria argentina creció, aunque con altibajos, a partir de 1935. Estos cambios en relación con la industria y el agro no impidieron que en 1943 la economía argentina aún dependiera en gran medida del agro y de las exportaciones de sus productos. El gran cambio radicaba en la gran cantidad de industrias autosuficientes al entrar en la década del 40.
Dentro de este proceso de industrialización la inversión de capitales extranjeros en los años 30 fue importante, no tanto por el monto sino por la modernidad de sus empresas, y si bien los norteamericanos conservaron la delantera, el rasgo saliente fue el sustancial avance de la radicación de capitales europeos destinados al rubro industrial.
Este procedimiento permitía a esos capitales, especialmente a los norteamericanos, no perder su influencia en el mercado interno argentino, jugando, además un papel orientador en la producción industrial de acuerdo con sus intereses. En 1935, las empresas extranjeras representaban el 50% de la producción del país, el resto correspondía a una multitud de pequeñas y medianas empresas de capital nacional. Pese a que aún proliferaban pequeños talleres, el avance de la gran industria era también considerable.
SOCIEDAD
Se produjo una detención de las corrientes inmigratorias ultramarinas como causa de la crisis mundial y este flujo fue reemplazado por las migraciones internas. La aceleración del proceso de industrialización requería mano de obra y se nutrió de miles de migrantes que se trasladaban desde el interior del país hacia los centros urbanos , especialmente a Buenos Aires, y en menor medida a Rosario, Córdoba y Santa Fe. La afluencia de cantidad tan grande de población de origen rural o de pueblos chicos y la incorporación de su mayor parte a la industria, implicaba una profunda transformación de la clase obrera. Sin tradición sindical, la mayoría quedó al margen de las organizaciones obreras que, en general, se mostraron incapaces de atraerlas. Recién después de 1946, comenzaron a ingresar, masivamente, en los sindicatos.
Agotada la capacidad de crecimiento poblacional del centro y sus alrededores, Buenos Aires creció y se expandió hacia la periferia. El ámbito del barrio se convirtió en un factor de arraigo y adhesión para los vecinos.
EL MUNDO DEL TRABAJO
La clase obrera aumentó por el desarrollo industrial y como consecuencia de las migraciones internas en 1947 sólo el 25% de los trabajadores industriales era extranjero. Las condiciones de vida de los obreros no se modificaron sustancialmente y una vez terminados los efectos de la crisis, el nivel de desocupación alcanzó sus índices más bajos. El costo de vida se mantuvo estable hasta 1935 y a partir de allí creció más rápidamente que el salario nominal, afectando levemente el salario real. Además, se generalizaba la jornada de ocho horas de trabajo gracias a la paulatina imposición del "sábado inglés", de un promedio de 48 horas semanales, al principio, o uno de 44 al final. En 1935, los obreros se repartían aproximadamente por mitades entre ambos tipos de jornadas y eran muy pocos los gremios que gozaban de vacaciones pagas. Aunque la práctica de los convenios colectivos se fue extendiendo lentamente durante la segunda mitad de la década, la mayoría de los trabajadores no llegó a gozar de sus beneficios. La falta de convenios dejaba un amplio margen para la arbitrariedad de los patrones, ya que, eran ellos quienes fijaban, unilateralmente, en la mayoría de los casos, las condiciones laborales. Con respecto a la protección y seguridad del trabajador, sólo unos pocos gremios, como los ferroviarios y municipales, contaban con Cajas de Jubilaciones y Pensiones; las indemnizaciones por accidentes de trabajo eran insuficientes y su cobro dificultoso.
A partir de 1935 el Estado manifestó preocupación en materia de regulación social y se adoptaron mecanismos de negociación colectiva que preanunciaban su extensión durante el gobierno peronista. Pero la falta de generalización de una política laboral y las resistencias patronales terminaron por minimizar la eficacia de los mecanismos de negociación y por poner serios obstáculos a la integración social de buena parte de los obreros industriales. El estancamiento del salario real, las deficiencias de las condiciones de trabajo y el problema habitacional contribuían a generar un clima de descontento social potencialmente conflictivo.
La organización de los trabajadores fue relativamente débil durante la primera mitad de la década del treinta. En septiembre de 1930 se constituyó la Confederación General del Trabajo (CGT) como resultado de la confluencia de la Unión Sindical Argentina y la Confederación Obrera Argentina, la primera de tendencia sindicalista y la segunda socialista. La CGT sustentaba su representatividad en los gremios ferroviarios, tranviarios, municipales y empleados de comercio, quedando fuera los sectores industriales de reciente desarrollo. Se manifestó prescindente políticamente, su actuación fue opaca y su dirigencia sindical se alejaba del perfil combativo predominante durante las primeras décadas del siglo. Su actuación se limitó a intentar una mayor participación en las esferas estatales de decisión de políticas laborales y mantener tácticas de lucha defensivas. No obstante, varios gremios fueron reconocidos jurídicamente.
Por otra parte, si bien la restauración oligárquica abrigaba pocas simpatías por las reivindicaciones obreras, se mostraba cada vez más inclinada a intervenir en los conflictos laborales y a controlar el movimiento sindical. La inclinación a buscar apoyo en el poder político para lograr concretar las reivindicaciones gremiales, que se había iniciado durante los gobiernos radicales, no dejó de acentuarse durante esta época, pero, acompañada por una creciente burocratización de las organizaciones sindicales. Apareció una capa de dirigentes para quienes la vinculación con los factores de poder no era sólo un medio para obtener mejoras en sus representados, sino también para conservar su propia posición. El enfrentamiento violento y frontal de los trabajadores del Estado, pasó a ser cosa del pasado, la intervención de éste en el campo social, no sólo fue universalmente aceptada, sino también insistentemente reclamada.
En diciembre de 1935, se produjo una nueva escisión en el movimiento sindical, que llevó a la fractura de la C.G.T.. La Unión Ferroviaria, sindicato de orientación socialista y de importante influencia dentro de la C.G.T. por el peso numérico de sus afiliados, se enfrentó a la Junta Ejecutiva de la C.G.T., quedando concentrada una nueva división sindical que esta vez asumió características geográficas. El núcleo, que había realizado un verdadero "golpe" desconociendo a las autoridades dela junta ejecutiva de la C.G.T. se distinguió como C.G.T. calle Independencia; el otro sector, de orientación sindicalista pura, se organizó como C.G.T. de la calle Catamarca, retomando, en 1937, el nombre de Unión Sindical Argentina (U.S.A.)
La mayoría del movimiento obrero se agrupó en la C.G.T. Independencia, convertida luego en la única C.G.T., orientada por los socialistas que recibieron el apoyo de los comunistas, quienes pasaron también a integrar la entidad. Estos últimos, ante el avance del nazismo en Alemania y la consolidación del fascismo en Italia, se planteaban un cambio táctico en su accionar: "el frente popular". La teoría frentista establecía la necesidad de trabajar unidas con otros sectores políticos y gremiales contra las fuerzas nazi-fascistas.
Por su parte, el sindicalismo "puro", marginado del escenario que tanto tiempo había dominado, no volvería a jugar un papel relevante como tendencia. Sin embargo, dejaba su herencia: sus constantes esfuerzos por mantener la independencia del movimiento sindical frente a los partidos políticos, que se había transformado de hecho, en abierta hostilidad hacia socialistas y comunistas, había contribuido a que la inserción de éstos en el movimiento sólo se logrará en forma tardía y superficial, y ello fue uno de los factores que facilitaría la tarea del peronismo.
Finalmente, la C.G.T. que había comenzado un lento proceso de fortalecimiento, no pudo evitar un nuevo enfrentamiento que llevó a otra división. El conflicto surgió en las propias filas socialistas que se dividieron en marzo de 1943 en dos bandos: uno encabezado por el Secretario General de la C.G.T., la C.G.T. N° 1 y otro liderado por Francisco Pérez Leirós, con el apoyo comunista, la C.G.T. N° 2 .
La Principal diferencia radicaba en que los integrantes de la C.G.T. N° 2 aspiraban a que la Central tuviera una participación mas activa en las cuestiones de política nacional e internacional, en forma coordinada con los partidos políticos, mientras que la C.G.T. N° 1 sostenía una actitud "neo-sindicalista" de presidencia política, limitación a las reivindicaciones específicamente gremiales y buena relación con el gobierno, cualquiera que éste fuera.
La revolución militar de 1943 encontrará al movimiento sindical escindido en dos centrales principales (C.G.T. N° 1 y 2), la U.S.A. y grupos de gremios autónomos de varias fuerzas.

sábado, 3 de mayo de 2008

Etapa 5 1955-1976

Resumen 1955-1976
20 septiembre 1955: Perón es derrocado por un golpe militar.
Asume lonardi hasta 13 de noviembre. Luego Aramburu (13 de noviembre- 1 mayo 1958) de facto
Frondizi (1 de mayo de 1958- 29 marzo 1962). Guido (29 marzo 1962-12 octubre 1963) Illia (12 octubre 1963- 28 junio 1966) democráticos
Ongania (28 junio 1966 – 8 junio 1970) levingston (8 junio 1970- 23 marzo 1971) Lanusse (23 marzo 1971 -25 mayo 1973) de facto
Campora (25 mayo 1973- 13 julio 1973) latiri (13 julio 1973-12 octubre 1973), peron( 12 octubre 1973- 1 julio 1974), maría estela Martínez de perón (1 de julio 1974- 24 marzo 1976) democráticos

1955: 20 septiembre perón es derrocado por un golpe militar “Revolución Libertadora”, asume Lonardi por dos meses y luego Aramburu. La clase obrera, que se había expresado principalmente a través del peronismo quedo privada de toda representación. El movimiento sindical peronista se transformó en la expresión organizada más poderosa del sector popular. Las acciones fueron para desestabilizar a cada uno de los regimenes civiles y militares que se sucedieron durante el periodo, a través de demandas económicas y el apoyo a candidatos antioficialistas en elecciones; estrategia defensiva y de oposición. Permitió obstaculizar la implementación de políticas de estabilización económica que se propusieron retrasar los salarios (acciones de contraataque). Líderes sindicales peronistas fueron desplazados de escena sindical. Surgió un nuevo un nuevo movimiento sindical peronista enteramente diferente que ganó cierta independencia frente a Perón. Líderes sindicales del peronismo pudieron por primera vez negociar con actores políticos no peronistas, tales como los partidos, las asociaciones empresariales y los militares. Retorno de perón dejó de ser objetivo político fundamental del movimiento sindical peronista, actuaba como mito con función de apelar a la identidad colectiva de los trabajadores peronistas.
1958: Frondizi (elecciones democráticas) movimiento gremial estaba dividido e un grupo más activo inclinado hacia la izquierda, los combativos, y un grupo menos ideológico y más pragmático, los participacionistas.
1962: Guido (elecciones democráticas). Desde ahora conflicto entre perón y los sindicatos, por el creciente poder de vandor tanto en las 62 organizaciones (el grupo sindical peronista) como en la CGT. 1963: Illia. Continúa la escasa predisposición de los sindicalistas peronistas a contribuir a legitimar y estabilizar gobiernos semiodemocráticos que continuaban proscribiendo a su movimiento.
1966: Golpe de Onganía, Revolución Argentina. Objetivo principal era la modernización económica, que dependía del debilitamiento de las organizaciones obreras. Medidas antisindicales: congelamiento de salarios, eliminación de puestos de trabajo en empresas públicas y hasta 1969 los sindicatos fueron forzados a aceptar la abolición, en la práctica del derecho a huelga (sanción de la ley rearbitraje obligatorio) y la intervención gubernamental de los gremios industriales más importantes. Perón muerto político. Luchas estudiantiles, represión policial: “Noche de los bastoneslargos”.
Agosto de 1966 Organización Sindical emitió una Declaración en carácter de "Solicitada" cuyo título fue: "Signos negativos". Fue la primera posición sindical en Córdoba contra la serie de medidas de neto corte represivo que implantaba la Dictadura. Amplia repercusión, no sólo local sino nacional y podríamos decir que prácticamente inauguró la posición rebelde contra la política de Onganía y su equipo.
1967: primer paro general de la CGT dominada por facción vandorista. Onganía respondió privando de personería gremial a 6 de los principales sindicatos, entre ellos la UOM y suspendiendo convenios colectivos hasta 1968.
Documento sindical de febrero de 1967, carácter premonitorio del "Cordobazo". "La historia grande está jalonada de hitos como el que ayer fuera protagonizado por el movimiento obrero de Córdoba, en los talleres y fábricas, en las calles de nuestra ciudad. Porque fue la de ayer una jornada escrita con rasgos vigorosos y expresiones estentóreas que desbordaron los lindes habituales y se prolongaron luego en los grafismos de la prensa y de la televisión, en la retina y en el ánimo de los millares de protagonistas y espectadores que vivieron las secuencias del plan de acción desplegado por la CGT y gremios confederados de Córdoba. Fue una jornada lúcida y comprometida que nos acerca un poco más a la definición crucial que forzosamente tiene que producirse por imperio de la situación a que ha sido arrastrado el pueblo argentino, y sobre la que los trabajadores tenemos adoptada una posición clara, concreta e irreductible".
Fines: “Bajo el lema de modernización y transformación el gobierno planteó un plan económico, cuya base filosófico-política se asentó en el más ortodoxo y crudo liberalismo, en la resurrección del "dejar hacer, dejar pasar", en la vigencia de un libre empresismo a ultranza, que provocaría la estabilidad y la multiplicación de los bienes económicos del país. Sin embargo esta declamada libertad económica no es sino un esquema destinado sustancialmente a someter al país a la crisis del sistema capitalista monopolista Lo que se pretende es quebrar a la industria nacional y dejar el mercado de consumo a merced de los monopolios. La programática oficial de entrega del patrimonio estatal y de la conducción básica y fundamental de la economía a los intereses extranjeros. Nadie duda ya que el plan trazado es contrario a un auténtico desarrollo, atenta contra el nivel de vida de la población, sirve a los grupos de la reacción y del privilegio, compromete el porvenir del país y lesiona la soberanía nacional". En las cuestiones sociales se denunciaba "el aumento de todos los precios de los artículos de uso y de consumo, agotando la capacidad adquisitiva de las remuneraciones. El incremento de la desocupación. La paralización de la Comisión del Salario Vital, Mínimo y Móvil. La imposición del arbitraje obligatorio para los diferendos laborales. La ley de represión de los conflictos sindicales. La intervención a Sindicatos, el retiro o suspensión de personerías gremiales. La eliminación o restricción de las representaciones sindicales en la Empresa del Estado, incluídos los organismos de previsión social. La violación de los contratos colectivos de trabajo. La ley de congelación de salarios. La modificación de la ley de indemnizaciones por despido. El aumento de la edad para acogerse a la jubilación y la eliminación de las compensaciones por años de servicio".1968: Se resquebrajaron las complejas ligazones que habían mantenido un sindicalismo unificado con eje en el dirigente del gremio metalúrgico (UOM) Augusto Vandor (peronista que había juzgado favorablemente el golpe por su fantasía de unir fuerzas armadas con sindicatos). En el congreso nacional de la CGT surge una central obrera disidente, (por incapacidad de vandor de resistir a medidas antiobreras) sin reconocimiento gubernamental, la CGT de los argentinos (CGTA). Incluía a peronistas duros (izquierda cristina), independientes progresistas y marxistas ajenos al partido comunista. Designaron a Óngaro, un obrero gráfico. Principios de la CGTA: rebelión de las bases por una revolución que significaría liberación. Fue fuerte en las provincias y en especial en Córdoba. Tucumán ocupó lugar central en la oposición nacional. Sectores intelectuales también se acercaban; dieron origen a una obra colectiva de denuncia “Tucumán arde”.
Vandor convocó a nuevo congreso que nombró otra mesa directiva, eran menos intransigentes, se los denominó “los blandos”, iban perdiendo terreno. Había dos CGT. Agustín Tosco sobre CGTA: “queremos rescatar los medios de producción y de cambio que están en las manos de los consorcios capitalistas, fundamentalmente de los monopolios, para el pueblo, socializarlos y ponerlos al servicio del pueblo. Nuestro punto de vista es que deben desaparecer las clases y que debe existir una clase, la de quienes trabajan. Y no como ahora que existe la de los explotados que trabajan y la de los explotadores que sólo viven del esfuerzo de los demás” La burocracia sindical (así se refiere a la CGT) es el ejercicio de los cargos sindicales con el criterio de: reducir todo al sindicalismo, de administrar, desde posiciones de poder, los beneficios sociales, de discutir especialmente los convenios colectivos de trabajo, de quedarse gobernando al movimiento obrero desde posiciones administrativas. Es decir, desde el mismo término burocrático trasladado al campo sindical, significa esto: no asumir esa proyección general de la lucha del movimiento obrero como factor de liberación nacional y social. Por eso nosotros distinguimos entre aquellos que se quedan para repartir lo que hay en los sindicatos y los que luchan desde dentro del sindicato por las reivindicaciones inmediatas y a su vez levantan la lucha permanente por esas reivindicaciones nacionales, por esas otras reivindicaciones sociales, por esas otras reivindicaciones latinoamericanas que hacen al cambio fundamental de la sociedad. A la militancia concreta fuera de la oficina, en la calle, en la lucha con los compañeros. Eso es ser representante sindical y no simplemente burócrata.”
Rápidamente la CGTA fue perdieron adhesión de los sindicatos que la habían originado, pero mantuvo vigencia por su discurso de oposición al régimen de Onganía, condena a los blandos y anticapitalista.
El Sindicato de Metalúrgicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) fue uno de los que mantuvo autonomía e independencia del control de Bs. As, porque no existían convenios colectivos nacionales en dicha industria. Dirigentes cordobeses insistieron en la modificación de los estatutos sindicales que permitió una descentralización financiera que dio a los líderes cordobeses un control prácticamente completo sobre los fondos de los sindicatos. (CGT)Otro sindicato que mantuvo cierta autonomía fue el de Luz y Fuerza que tenía la ventaja de formar parte de una estructura gremial federativa y poseía control completo de presupuesto y convenios colectivos. Su dirigente Agustín Tosco, fortaleció la práctica de una democracia sindical participativa, sumamente sensible a la demanda de las bases (CGTA). Estos dos sindicatos participarían activamente en los sucesos del Cordobaza, a pesar de que pertenecían a las fracciones rivales vandorista (SMATA) y ongarista (Luz y Fuerza). Su liderazgo se debió a sus estructuras más democráticas, a la necesidad de los dirigentes de responder a las demandas de sus bases, al descontento que generaba el régimen de Onganía. La Unión de Obreros Metalúrgicos (UOM) local, pertenecían a una “línea dura”, eran los ortodoxos en el movimiento sindical peronista de Córdoba. Se unieron a la antivandorista CGTA y sumaron su apoyo a los sindicatos combativos cordobeses. El sindicato local de obreros de transporte y la vandorista UTA (unión tranviarios del automotor) también se unieron a los reclamos pese a no tener la misma estructura interna que los dos primeros.
1969:
Marzo: en la patagonia conflictos obreros derivados de la obra de “El Chocón”.
6 de mayo: UOM convocó a paro de 24 horas.
12 de mayo: gobierno abolió el sábado inglés.
14 de mayo: protestas obreras y enfrentamiento con policías.
16 de mayo: las dos CGT lanzaron un paro, que se convierte en paro de 48 horas, esta vez sí masivo y contundente, de los choferes que peleaban por el reconocimiento de su antigüedad.19 de mayo: el gobierno cierras la universidad.
Cordobazo 29 y 30 de mayo de 1969. Repentina declinación de la actividad industrial, deterioro del nivel de vida, frustración por expectativas de ascenso social, profundización de la conciencia de clase desembocaron en insurrecciones populares de obreros (sectores más privilegiados y mejor remunerados de la clase obrera argentina), empleados, estudiantes y pobres urbanos. Se superpusieron dos crisis: la del régimen militar autoritario y la crisis de la dominación social. Aumento de impuestos municipales y a la propiedad que puso el gobernador Caballero generó descontento en clase media. Se sumaba al malestar de los obreros y estudiantes. Pérdida de libertades políticas. Oposición contra el régimen, más que revolucionaria fue política. Mudanza de una cultura política de resistencia a otra de confrontación. Luchaban por la revolución. Acción independiente de la clase obrera (al frente del conjunto de los explotados) frente a una crisis económica y política de la burguesía, le da la característica de una huelga revolucionaria ya que planteaba objetivamente una salida obrera a la crisis. Esta no es la caracterización de Brenan, para él "lo que mejor explica las causas del Cordobazo dentro de la clase obrera (aunque no sus consecuencias últimas, que sin duda fueron potencialmente revolucionarias) es una serie de crisis más concretas producidas en varias industrias locales, combinadas con las rivalidades de poder entre los peronistas cordobeses y sus centrales gremiales de Buenos Aires y especialmente las influencias políticas y culturales locales a la que estaban sometidos los trabajadores. Porque, la CGT Nacional, intentó por todos los medios la construcción de un Congreso adicto a las teorías del participacionismo. Que era hacerse eco de toda la política del Gobierno y lograr la participación en el proceso.
Caselles, gremialista que actuó junto a Tosco: el Cordobazo es la expresión militante, del más alto nivel cuantitativo y cualitativo de la toma de conciencia de un pueblo, en relación a que se encuentra oprimido y a que quiere liberarse para construir una vida mejor, porque sabe que puede vivirla y se lo impiden quienes especulan y se benefician con su postergación y su frustración de todos los días. Porque Córdoba no fue engañada por la denominada Revolución Argentina, no vivió la "expectativa esperanzada" de otras ciudades, jamás creyó en los planes de modernización y de transformación que prometió Onganía, Martínez Paz, Salimei y Ferrer Deheza y luego Borda, Krieger Vasena y Caballero. La toma de conciencia de Córdoba, de carácter progresivo pero elocuente, es anterior al régimen de Onganía. Pero se expresa con mayor fuerza a partir de julio de 1966.
29 de mayo: Vandoristas y Ongaristas se pusieron de acuerdo para la realización conjunta de un paro general de 48 horas. SMATA, UOM, UTA y Luz y Fuerza planearon estrategia para la huelga: paro activo, manifestación callejera. Marchas, enfrentamientos callejeros, muerte de un obrero, rebelión espontánea, se sumó clase media, estudiantes, destrucción de locales, en barrio Alberdi, Clínicas, centro. Se declaró toque de queda. 30 de mayo: Paro nacional convocado por CGT córdoba. Córdoba era una ciudad tomada. Se detuvo a Tosco. El Cordobaza había concluido tras dos días de protestas y violencia. Caballero abandonó la goberación. Onganía se vio obligado a renunciar un año después.
Alimentó 6 años siguientes de luchas sindicales. A pesar de la identidad peronista de los trabajadores, el cordobaza fue asociado luego a otros sectores del movimiento obrero. La izquierda marxista cordobesa se apropió del hecho y lo transformó en su propio mito legitimador, en un instrumento utilizado para atacar ideológicamente el monopolio del Peronismo con respecto a las lealtades de la clase obrera.
En Rosario, la otra ciudad industrial del interior, también hubo movilizaciones el 16 y 17 de septiembre.
1970: Levingston Fin de la CGTA.
1971: Lanusse (de facto) Segundo Cordobazo o Vivorazo (marzo 1971) tuvo contenidos más clasistas e insurreccionales que el primero. Recurrieron al mito del Cordobaza para su prédica política en las fábricas automotrices. “Ni golpe ni elección, revolución”. Prevaleció una forma de acción directa, acentuándose la conformación de organizaciones armadas, ocuparon el espacio público como una alternativa política más para el acceso al poder. Protagonistas: trabajadores de sindicatos líderes y organizaciones armadas; las masas. Recurso la violencia. Transformación de la protesta obrera en acción política significó la primera declinación del ciclo de protesta obrera.
1972: no presentó exteriorizaciones importantes de protesta obrera, concentrándose las energías en la lucha política.
1973: Cámpora (democrático) Perón. Los jefes sindicales no recibieron con entusiasmo al nuevo presidente. Reafirmación de la declinación de los sindicalistas y el auge de la izquierda peronista, dentro de la cual estaban los Montoneros que habían expresado su objetivo de exterminio físico de los dirigentes sindicales. Campaña para restablecer el verticalismo y aplacar todo intento disidente en la combativa Córdoba. Auge de movilizaciones en contra de los gremialistas vandoristas.
Pacto social: acuerdo entre sindicalistas y empresarios. Intento de reedición de los acuerdos entre asociaciones gremiales de trabajadores y empresarios que había antes de 1955. Se convocó a entidades gremiales confederales, la CGT y la confederación General Económica (CGE) a que acordaran niveles generales de aumentos salariales y posterior congelamiento y a someterse a arbitraje final del Estado en caso de eventuales desacuerdos. No encontró resistencia entre empresarios, en cambio fue más difícil obtener el apoyo de los sindicatos, ya que perdían poder para decidir sobre salarios.
Dos leyes esperadas: ley de Asociaciones Profesionales y ley de Convenios laborales, ley de Contrato de trabajo (agregó mejoras). La primera: Preservar la unidad sindical mediante imposición de un solo sindicato por sector, pero reforzó el poder y la independencia de los sindicatos frente al Estado. Otorgó gran poder al Ministerio de Trabajo, al que facultó para reconocer, cancelar o modificar los derechos de los sindicatos. Permitía participar en actividades políticas y apoyar a partidos y candidatos. Daba a los dirigentes derechos judiciales especiales.
1974: Confianza en el pacto social comenzó a decrecer.
Muere perón, asciende María Estela Martínez de Perón. Único contendiente de peso que se le oponía era la dirigencia sindical. Retraso salarial para contener la escalada de precios.
Congreso de CGT para renovar dirigentes: habría de solucionar el conflicto entre sindicalistas blandos, que sostenían que el sindicalismo era una rama más del movimiento justicialista y debía someterse al plan del Gobierno, y los duros que defendían la idea de comportarse como un grupo de presión retomando los lineamientos de la estrategia de vandor de los años `60. En lo inmediato, la estrategia de los jefes sindicales convergió con los afanes de Isabel y sus asesores de peronizar al gabinete.
1975: estrategia sindical consistía en organizar movilizaciones de masas mientras se exigía exorbitantes aumentos salariales, creando al gobierno una situación insostenible. El sindicalismo quería ocupar el centro y no permanecer en la periferia.
1976: Golpe de Estado. Periodo más extenso de inactividad sindical desde 1943.

viernes, 2 de mayo de 2008

ETAPA NRO 1: Raíces internacionales del sindicalismo (Ivis)


Antigüedad y Edad Media: inexistencia de sindicatos

Según sostiene Carlos Fernando Ibáñez, aunque existen muchos esfuerzos por identificar alguna formación primigenia de sindicato en la Antigüedad o en la Edad Media, lo cierto es que hasta el siglo XVIII ninguna organización social pensó en contar con entidades intermedias que representaran a los trabajadores. Esto se puede deber a que la figura del trabajador como tal es contemporánea, y además porque los elementos predominantes en el plano político y social de esas etapas históricas no admitían la existencia de algo o alguien que representara las fuerzas del trabajo.

Revolución industrial y Revolución francesa: hitos que marcan el surgimiento de las agrupaciones obreras

La Revolución Industrial, que se origina en el último tercio del sigloXVIII (1775), da lugar a que la máquina sustituya al trabajador manual, la fábrica ocupe el lugar del taller, la gran industria suplante a la economía del artesanado y la producción de mercado local se transforme en producción para el mercado mundial.
La introducción de la máquina, produce grandes ganancias a los industriales, obtenidas a costa del sufrimiento del naciente proletariado de las fábricas, la fatiga excesiva, la insuficiencia en la alimentación, la disciplina imperante, etc. que debían de soportar los operarios. Tanto la moralidad, la higiene, la seguridad, salud, no causaban ninguna preocupación al empresario, incluso le regateaba el salario a obrero. Además, las mujeres y niños eran explotados sin misericordia, se les destinaban los trabajos más duros y humillantes, exponiendo con ello, sus vidas. En esta época, el trabajador era una verdadera penuria. Es así como el operario se convierte en esclavo de la máquina y el trabajo del hombre se hace menos valorizado. Para los trabajadores el Estado era el opositor más importante y primordial que tiene el obrero para transformarse en fuerza.
A menudo se pone como precedente a la formación de sindicatos a la Revolución Francesa (1789), que provocó la quiebra del sistema feudal y el reconocimiento por primera vez de ciertos derechos de la clase obrera. Pero se produce una situación paradójica, se cree que dado que el hombre es libre, no debe agruparse, ni formar coaliciones de obreros. Ya que esto atentaría contra la libertad en general y en contra de la libertad de trabajo en particular. Es así, como en la Declaración de los Derechos del Hombre y la Ley Chapalier de 1791, se imponen sanciones a todos aquellos que constituyen asociaciones de artesanos, obreros o jornaleros.
Es por esto que durante más de un siglo, la acción colectiva de los trabajadores (sindicatos, huelga, convenios colectivos) fue considerada generalizadamente como un crimen. Es en Europa, y más concretamente en Inglaterra, donde aparecen los primeros movimientos obreros, como el ludismo conducido por Ned Ludd (1810-1811).
En 1824, por la fuerte presión popular el parlamento británico deroga las Combination Acts, leyes que prohibían las organizaciones obreras. En 1829, Robert Owen, uno de los fundadores del socialismo moderno, crea las primeras cooperativas, que eran sociedades industriales de trabajadores.

El nacimiento de los sindicatos

En los años 1830 aparecen las primeras organizaciones obreras agrupando a los trabajadores según su oficio. En Inglaterra tomaron el nombre de “trade-unions” (literalmente “uniones de comercio”) o simplemente “unions”. En 1829 John Doherty fundó la Gran Unión de los Hiladores y Tejedores a Destajo de Gran Bretaña y la primera central sindical de todos los oficios de la historia: la Asociación Nacional para la Protección del Trabajo. Agrupaba 150 sindicatos con 100.000 miembros. Publicó el histórico periódico obrero: "La Voz del Pueblo"
En Francia el sindicalismo aparece también en la década de 1830, con las primeras crisis económicas. Adopta el nombre de “syndicat” (sindicato), que quiere decir también unión. Fueron las obreras francesas las primeras en organizarse contra las condiciones de explotación en los aserraderos de Burdeos y en las fábricas textiles de Lyon.
Mientras París, Lyon e Irlanda eran testigos de levantamientos obreros agudizados por la grave crisis económica del momento, en Inglaterra se abolía la esclavitud, proceso que llevó de 1833 a 1838.
En junio de 1836 la Asociación de Trabajadores de Inglaterra elaboró la Carta del Pueblo, exigiendo el voto universal y secreto. Se los conoció como los cartistas. Durante algunos años el movimiento de los trabajadores recibió la influencia de diversos ideólogos que se ocuparon de estudiar e investigar la situación de los trabajadores, entre ellos estaban Federico Engels, que escribió “La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra”, basándose en los datos y la convivencia con el movimiento “Cartista”.
A partir de la década de 1840, los alemanes Carlos Marx y Federico Engels se instalan en Inglaterra y darán origen a un particular pensamiento obrero, el marxismo, o socialismo científico, que será seguido en todo el mundo. Contemporáneamente el ruso Mijaíl Bakunin y el francés Pierre-Joseph Proudhon, sientan las bases de anarquismo.
En 1848 se extienden por toda Europa una serie de movimientos revolucionarios que tienen especial importancia en Inglaterra y Francia; en ellos se hacen exigencias tanto de carácter político como social, proponiendo la protección de los intereses de los trabajadores y el derecho al trabajo. A esos movimientos se refieren Marx y Engels en el Manifiesto Comunista, publicado ese mismo año. En los años 1850 el movimiento sindical se extiende por Europa y se crean sindicatos en Portugal, Bélgica y Alemania.

Los años de La Internacional

En 1864 se creó en Londres la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), La Internacional, primera central sindical mundial de la clase obrera. Ese mismo año se reconoce en Francia el derecho a la huelga como uno de los derechos fundamentales del individuo. En 1866 la AIT celebra su primer congreso en el que representantes de los trabajadores de distintos países trataron de forma conjunta los problemas sociales que les preocupaban. Paralelamente a la celebración de ese congreso de la AIT, en Inglaterra se funda el Trades Union Congress (TUC), primera asociación de obreros que puede recibir propiamente el nombre de sindicato, ya que las personas afiliadas a él son defendidas y representadas desde la organización. Este sindicato existe en la actualidad con más de seis millones de afiliados.
En 1867 Bélgica se pone a la cabeza de Europa en materia social y numerosos derechos, entre ellos el de huelga, son reconocidos. En 1871 surge la Comuna de París, levantamiento obrero en pro de los derechos sociales; sólo dura un par de meses por la intervención del ejército. En 1872, durante el V Congreso de la AIT se produce la escisión entre marxistas y bakuninistas, en lo que será la primera gran división entre los representantes de los trabajadores.
En 1875 se sustituyen de la legislación inglesa los términos amo y siervo para pasar a denominarse patrón y obrero. Se trata del primer país en adoptar este cambio.
En 1884 se reconocen los sindicatos obreros en Francia. Es en Lyon precisamente donde en 1886 se crea la Federación Nacional de Sindicatos y grupos cooperativos (FNS), antecedente de la CGT francesa y del sindicalismo revolucionario.

La Segunda Internacional. Finales del siglo XIX

En 1889 se fundó la Segunda Internacional, cuyo primer congreso se celebra en París el 14 de julio. Este congreso declara al 1º de Mayo como Día Internacional de los Trabajadores, en conmemoración de los 5 huelguistas muertos en mayo de 1886 en Chicago. Desde entonces ha sido un día de movilización global sincronizada de los trabajadores del mundo. Además, adoptan la reivindicación de la jornada de ocho horas.
En 1895 la FNS francesa se transforma en la Conféderation Genérale du Travail (CGT).
En 1899 se firma en Suecia el primer pacto social entre empresarios y sindicatos.
Desde fines del siglo XIX, en la medida que se fue conquistando el voto universal y secreto, y la posibilidad de que representantes de los trabajadores y partidos obreros accedieran a los parlamentos e incluso obtener el triunfo electoral en un país, el movimiento obrero toma características nacionales. En este sentido la clase obrera de cada país tiene su propia historia sindical.

Inicios del siglo XX

En 1901 se constituye en Copenhague la Secretaría Internacional de Sindicatos, con participación de asociaciones de Alemania, Bélgica, Finlandia, Gran Bretaña y Suecia.
En 1906 mientras la CGT francesa aprueba en Amiens su Carta Magna, en Italia se crea su primer sindicato: la Confederaziones Generale del Lavoro (CGL) y en Países Bajos la Federación Neerlandesa de Sindicatos.
El taylorismo gana fuerza en estos albores del siglo XX y es en 1911 cuando F. W. Taylor publica su Management científico; la aplicación generalizada de los métodos propuestos por Taylor supondrán un profundo cambio en el modelo productivo y en la organización del trabajo: estamos ante la Segunda Revolución Industrial.
En 1917 se produce la Revolución Rusa, que establece el primer estado obrero de la historia, y un poderoso impacto en el movimiento obrero mundial.
En 1919 se crea funda la Organización Internacional del Trabajo, uno de los organismos internacionales más antiguos del mundo, gobernado en forma tripartita por gobiernos, sindicatos y empleadores.
En el siglo XX los sindicatos de todo el mundo tendieron a abandonar la antigua organización sindical por oficio, para generalizar el sindicato por rama de actividad.

Sindicalismo moderno

En el siglo XX los sindicatos tendieron a dividirse internacionalmente en tres grandes corrientes mundiales:
Los comunistas organizados en la Federación Sindical Mundial (FSM),
Los socialistas democráticos organizados en la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL),
Los cristianos organizados en la Confederación Mundial del Trabajo (CMT).
Existen sindicatos no organizados con las corrientes mayoritarias al ser organizaciones de carácter mas independiente y que como los sindicatos libertarios se coordinan con otros sindicatos y organizaciones sociales como Solidaridad Internacional Libertaria o la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT).

Globalización

A fines del siglo XX, en la globalización, el movimiento obrero comienza a reestablecer el protagonismo del sindicalismo internacional y empiezan a verse fusiones entre las diversas corrientes para establecer organizaciones sindicales únicas, como sucede en el caso de la Confederación Europea de Sindicatos (CES).
El 1 de noviembre de 2006 la CIOSL y la CMT se disolvieron para fusionarse junto con varias federaciones independientes en la nueva Confederación Sindical Internacional (CSI), que reconoce 168 millones de afiliados en todo el mundo.




martes, 29 de abril de 2008

algo sobre la epoca peronista (Maria)

El movimiento sindical y el surgimiento del peronismo

La emergencia del peronismo a partir de 1943 va a reconfigurar completamente el movimiento obrero argentino. El
4 de junio de 1943 militares nacionalistas dirigidos por el General Arturo Rawson desplazan por medio de un golpe de estado al presidente Ramón S. Castillo, último presidente de la llamada "Década Infame" una línea de gobiernos acusados de corruptos y que habían impuesto el llamado fraude patriótico desde el golpe militar de 1930.

Periódico sindical apoyando a Perón
El movimiento obrero se mostró inicialmente perplejo frente al golpe e indeciso sobre la posición que se debía adoptar. Estaba dividido en cuatro centrales (
CGT Nº1, CGT Nº2, USA y FORA).. Una de las primeras medidas del gobierno fue disolver la CGT Nº2 (dirigida por el socialista Francisco Pérez Leirós), los empleados de comercio de Borlenghi y los sindicatos comunistas (construcción, carne, etc.), acusándola de extremista. Ello llevó a varios de los sindicatos que la integraban a volver a la CGT Nº1 (secretario general José Domenech). Poco después el gobierno sancionó una legislación sobre sindicatos, que si bien cumplía algunas expectativas sindicales, al mismo tiempo permitía la intervención de los mismos por parte del Estado. En seguida el gobierno militar hace uso de esa ley para intervenir los poderosos sindicatos ferroviarios y corazón de la CGT, la Unión Ferroviaria y La Fraternidad. . Pronto resultó evidente que el gobierno militar estaba integrado por influyentes sectores anti-sindicales.
En esas condiciones algunos dirigentes sindicales
socialistas, sindicalistas y algunos comunistas, encabezados por Ángel Borlenghi (socialista y secretario general de la poderosa Confederación General de Empleados de Comercio en la disuelta CGT Nº2 socialista), Francisco Pablo Capozzi (La Fraternidad), Juan A. Bramuglia (Unión Ferroviaria), entre otros, decidieron, aunque con reservas y desconfianza, emprender una estrategia de alianzas, con algunos sectores del gobierno militar que compartían los reclamos sindicales. Entre los militares estaban los jóvenes coroneles Juan D. Perón y Domingo A. Mercante. (Baily,84; López, 401).
Los sindicalistas proponen a los militares crear una Secretaría de Trabajo, fortalecer la CGT y sancionar una serie de leyes laborales que aceptaran los reclamos históricos del movimiento obrero argentino. Poco después, la alianza entre sindicalistas y militares obtuvo que el gobierno militar designara a Perón como Director del Departamento de Trabajo, un cargo aparentemente sin valor alguno. Desde la Secretaría de Trabajo, Perón, con el apoyo de los sindicatos empieza a desarrollar gran parte del programa sindical histórico: se crearon los tribunales de trabajo; se sancionó el Decreto 33.302/43 extendiendo la indemnización por despido a todos los trabajadores; más de dos millones de personas fueron beneficiados con la jubilación; se sancionó el
Estatuto del Peón de Campo y el Estatuto del Periodista Profesional; se crea el Hospital Policlínico para trabajadores ferroviarios; se prohíben las agencias privadas de colocaciones; se crean las Escuelas Técnicas dirigidas a obreros. En ese marco los sindicatos comenzaron un período de gran crecimiento, empezaron a afiliar masivamente a los "nuevos" trabajadores, los que estaban migrando masivamente a la ciudad desde el interior del país, los llamados "morochos", "grasas" y "cabecitas negra" por las clases medias y altas, y los propios trabajadores "viejos" descendientes de la inmigración europea.
La alianza entre sindicatos y el grupo de jóvenes militares encabezados por Perón generó inmediatamente una fuerte oposición de los sectores conservadores políticos, económicos y militares, con apoyo de la embajada de
Estados Unidos (Braden) que genera una alta polarización para 1945. Poco después, algunos sindicatos que se habían mantenido alejados, la CGT Nº1, la USA y los gremios autónomos, comienzan a unificarse en torno de la Secretaría de Trabajo. Pero en sentido contrario, en septiembre de 1945, 4 importantes sindicatos se separan de la CGT: La Fraternidad, la Unión Obrera Textil, la Confederación de Empleados de Comercio y el Sindicato del Calzado.
El
12 de julio de 1945 los sindicatos dirigidos por Borlenghi realizan un acto masivo el centro de la ciudad de Buenos Aires, y lo proclaman a Perón como candidato a presidente. La manifestación obrera es respondida, donde apoyan al ex presidente Rawson.
El
10 de octubre en el momento que Perón deja el despacho, la CGT realiza un acto en su apoyo en la esquina de las calles Perú y Alsina. Perón se dirige entonces al acto y pronuncia un famoso discurso en el que detalla un avanzado programa de reivindicaciones laborales. En un acto espontáneo se reclama el fusilamiento del Perón y se organiza una "partida" para realizar la misión. Las calles de la ciudad es ocupada desorganizadamente por las clase medias que piden la cabeza de Perón.
La detención de Perón es recibida con júbilo por las clases medias y altas, y por el movimiento estudiantil. En los días siguientes se anuncia en las fábricas que los convenios colectivos quedan sin efecto, y se despide a miles de delegados sindicales. El día
16 de octubre la quincena se cobra sin los adicionales de las leyes laborales sancionadas en los dos últimos años. La CGT convoca a una "huelga general revolucionaria" para el 18 de octubre. Sin embargo los líderes sindicales locales no esperan y el día 17 de octubre de 1945 se produce la manifestación obrera más importante de la historia argentina. Cientos de miles de trabajadores, hombres y mujeres, de las zonas marginales, invadieron la ciudad reclamando la libertad de Perón. La presión de la multitud obligó al gobierno militar a liberar a Perón esa noche.
La movilización del
17 de octubre de 1945 obligó al gobierno militar a llamar a elecciones, que se realizaron cuatro meses después, resultando elegido presidente Juan D. Perón, con el apoyo del recientemente creado Partido Laborista por parte de un gran número de sindicatos.
El movimiento obrero fue considerado la columna vertebral del Partido Justicialista. La CGT unificada adquirió un enorme poder. En el Parlamento, un tercio de los diputados correspondía a la rama sindical, que funcionaba como bloque. Se sancionó la Ley 14.250 (de Convenios Colectivos de Trabajo), ratificando el papel central de los sindicatos, al establecer la aplicación de los convenios colectivos a afiliados y no afiliados.

En
1949 se sanciona una nueva constitución, sumamente discutida por la oposición al gobierno peronista, que será derogada por el golpe militar de 1955. Esa Constitución, conocida como Constitución de 1949, incorporó por primera vez los derechos del trabajador en el constitucionalismo argentino. Los mismos fueron incluidos en el art. 37, conocido como Decálogo del Trabajador, donde se detallaban 10 derechos laborales:
Derecho de trabajar
Derecho a una retribución justa
Derecho a la capacitación
Derecho a condiciones dignas de trabajo
Derecho a la preservación de la salud
Derecho al bienestar
Derecho a la seguridad social
Derecho a la protección de su familia
Derecho al mejoramiento económico
Derecho a la defensa de los intereses profesionales
Es importante notar que el
derecho de huelga no se encuentra incluido en el decálogo y que durante el gobierno peronista muchos dirigentes opinaban que en un "gobierno popular" el derecho de huelga debía encontrarse restringido a casos extremos.


La llamada CGT Nº1 es una central
sindical argentina originada en la división de la Confederación General del Trabajo (CGT) en 1942 y que existió hasta 1943, cuando la CGT Nº2 fue disuelta por el régimen militar denominado Revolución del 43 entonces gobernante, momento en el cual la CGT Nº1 volvió a organizarse como central unificada, recibiendo a la mayoría de los sindicatos pertenecientes a la disuelta CGT Nº2. Historia [editar]
La división de la CGT se produjo en ocasión de tenerse que elegir una nueva conducción. El nombre de ambas fracciones deriva de la presentación de dos listas (que se denominarían Nº1 y Nº2) a la reunión del Comité Confederal Central que se reunió el 10 de marzo de
1943.
En el momento de la votación se produjo un serio conflicto porque uno de los representantes sindicales cambia su voto, causando el triunfo de la Lista Nº1 por un solo voto, veintitrés votos contra veintidós. Ambas listas se atribuyeron el triunfo, llevando a una división de hecho de los sindicatos en dos grupos, ambos conducidos por dirigentes socialistas (
José Domenech y Francisco Pérez Leirós). El Partido Socialista hizo gestiones para que el conflicto se resolviera, pero no tuvo éxito y ambos grupos se separaron en CGT Nº1 (Domenech) y CGT Nº2 (Pérez Leirós). Más allá de los aspectos formales, la división de la CGT se debió al enfrentamiento entre la corriente comunista y un sector del sindicalismo socialista, que profundizada su posición anticomunista. pertenecieron a la CGT Nº1 se encontraban los poderosos sindicatos ferroviarios, la Unión Ferroviaria y La Fraternidad. La CGT Nº1 jugó un importante rol en la creación de la corriente sindical nacionalista-laborista que entre 1943-1945 dio origen al peronismo.
Hasta aca pude hacer, depues tengo info sobre varios sindicatos pero me parecia al vicio subirlos.